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¿Qué contiene un contrato discográfico?

Para muchos artistas, firmar un contrato discográfico se siente como el boleto dorado para dedicarse profesionalmente a la música. Pero antes de poner la firma, es importante entender qué hay realmente en ese contrato. Los acuerdos discográficos están llenos de términos legales, pero en el fondo tratan de una cosa: el intercambio entre el artista y la discográfica. El artista le otorga a la discográfica el derecho a trabajar con su música y beneficiarse de ella, y a cambio recibe recursos: ya sea dinero, marketing, distribución y acceso a la industria.

Vamos a desglosar los términos clave en palabras simples y prácticas.

1. Duración - Cuánto dura el contrato

La duración establece cuánto tiempo dura el contrato. Esto no siempre es un número fijo de años; cada vez más, depende de la cantidad de álbumes o proyectos que entregue el artista. Históricamente, los contratos se medían en álbumes, con la opción de extender si las cosas iban bien. Sin embargo, la industria cada vez más se mueve hacia contabilizar el número de derechos de autor (canciones) entregados, con un mínimo y un máximo. Al cumplir ciertas partes de la duración, ya sea medida por canciones, álbumes o tiempo, a menudo se activan anticipos adicionales.

Ejemplo: Un contrato puede decir que la duración inicial cubre 1 álbum, con la discográfica teniendo 3 opciones adicionales de un álbum cada una. Eso podría mantener al artista atado a la discográfica por hasta 4 álbumes si la discográfica decide extender.

2. Exclusividad - Para quién puede grabar el artista

Casi todos los contratos discográficos son exclusivos, lo que significa que el artista solo puede grabar y lanzar música para esa discográfica. Incluso si el artista quiere participar en una canción de un amigo, necesitará el permiso de la discográfica. Es la manera en que la discográfica asegura que tu trabajo creativo los beneficia primero.

Ejemplo: Si firmas con una discográfica, no puedes lanzar un EP por tu cuenta en Bandcamp sin permiso, incluso una colaboración con un amigo podría requerir aprobación por escrito. Esto también suele aplicar para proyectos paralelos y cualquier cosa en la que tu nombre esté públicamente vinculado.

3. Anticipos - El dinero por adelantado

Un anticipo es una suma de dinero que la discográfica le da al artista al firmar el contrato. No es un regalo, sino más bien un préstamo contra tus ganancias futuras. La discográfica espera recuperar ese dinero (y más) de tu parte de los ingresos antes de que recibas cualquier ganancia.

Ejemplo: Una artista nueva podría recibir un anticipo de $50,000 para cubrir gastos de vida y grabación. No verá más regalías hasta que la discográfica haya recuperado esos $50,000 de las ventas/streams.

4. Regalías - Tu parte de las ventas/streams

Las regalías determinan cómo se divide el dinero ganado por la música entre el artista y la discográfica. Las tasas de regalías varían mucho dependiendo de la discográfica, el estatus del artista, los recursos invertidos en el proyecto y muchos otros factores. Estas tasas también pueden ser diferentes según la región, e incluir diferencias entre regalías físicas y digitales. Presta atención a las cláusulas que hablan de deducciones por roturas.

Ejemplo: Un contrato puede ofrecer al artista una tasa de regalías del 25% en ventas físicas de CD en EE. UU., pero solo 20% en ventas internacionales, y una tasa distinta (por ejemplo, 18%) sobre ingresos de streaming.

5. Territorios - Dónde en el mundo

Esto define dónde la discográfica tiene el derecho de explotar la música del artista. A veces es solo un país, pero lo más habitual es que sea “el mundo”. Eso significa que la discográfica controla la música del artista a nivel global, incluso en lugares donde no la promocionan activamente. Muchas veces, las discográficas tienen socios en otros territorios, que pueden recibir automáticamente una licencia o tener primera opción.

Ejemplo: Un artista podría firmar un contrato cediendo derechos mundiales a la discográfica. Si un programa de TV en Brasil quiere usar su canción, la solicitud igual debe pasar por la discográfica, aunque la discográfica no tenga equipo allí.

6. Recuperación de inversión - Devolverle el dinero a la discográfica

Este es uno de los términos más importantes (y más confusos). Todo el dinero que la discográfica gasta en el artista - anticipos, tiempo de estudio, marketing, videos musicales - se descuenta de la parte de regalías del artista. Eso significa que no empezarás a ganar hasta que la discográfica haya recuperado lo que invirtió. Puede pasar años antes de que los artistas vean dinero real en el bolsillo. Cada contrato definirá qué gastos son recuperables, y a menudo qué porcentaje. También debe haber una cláusula sobre autorizaciones de gasto y cuáles de esos gastos el artista puede supervisar.

Ejemplo: Si la discográfica gasta $100,000 en grabación, videos y marketing, y tus regalías suman $120,000, solo te pagarán cuando esos $100,000 hayan sido recuperados, dejándote $20,000. Recuerda que en un acuerdo de regalías, solo recuperas a tu tasa de regalías y no sobre los ingresos generales del disco.

7. Propiedad - Quién es dueño de la música

En la mayoría de los contratos tradicionales, la discográfica es dueña de los masters (las grabaciones finales). Eso significa que controlan cómo se usan tus canciones en películas, anuncios o relanzamientos. Algunos contratos modernos, sobre todo con discográficas independientes, permiten que los artistas conserven la propiedad y simplemente licencien las grabaciones. La propiedad es una ficha clave para negociar tu carrera a largo plazo.

Ejemplo: Los masters originales de Taylor Swift eran propiedad de su antigua discográfica, lo que significaba que ella no tenía control sobre cómo se vendían o licenciaban esas grabaciones. Por eso empezó a regrabar su catálogo.

8. Control creativo - Quién decide qué se publica

Las discográficas a menudo tienen voz en qué canciones van en el álbum, cuándo se lanza y cómo se promociona. Algunos contratos dan al artista más libertad, pero muchos reservan la aprobación final para la discográfica. Por eso son tan comunes las peleas entre artistas y discográficas sobre “el single”.

Ejemplo: Un artista puede querer lanzar una canción de contenido político como single principal, pero la discográfica podría insistir en lanzar primero una canción de amor más comercial.

9. Opciones - Álbumes o grabaciones futuras

La mayoría de los contratos le da a la discográfica la opción de quedarse con el artista para más álbumes. Esto les beneficia, porque les permite retener al artista si tiene éxito. Para el artista, puede significar estar atado durante años a tasas de regalías que no mejoran a menos que se renegocie; por eso muchos contratos incluyen un aumento de la tasa de regalías a medida que se entregan más discos y se activan opciones.

Ejemplo: Un contrato puede decir “1 álbum asegurado, con 2 opciones”. Si el primer álbum vende bien, la discográfica puede decidir extender el contrato para los próximos 2 álbumes bajo las mismas condiciones básicas.

10. Cláusulas 360 - Parte de TODOS los ingresos

Una tendencia moderna es el contrato 360. Esto significa que la discográfica toma un porcentaje de todos los ingresos generados por el artista, no solo por ventas de música, sino también por giras, merchandising, patrocinios, acuerdos de marca, incluso trabajos actorales. Las discográficas argumentan cada vez más que, ya que ayudan a construir tu carrera, deberían participar en todos los flujos de ingreso.

Ejemplo: Si consigues un patrocinio de Nike por $500,000, una cláusula 360 podría dar derecho a la discográfica al 10–20% de ese trato, incluso si no participó en la negociación.

11. Derecho de auditoría - Para revisar cuentas

Los contratos siempre deberían incluir una sección sobre con qué frecuencia el artista puede auditar las cuentas de la discográfica que afectan a sus derechos de autor y los gastos generales del proyecto. Cuando lo solicite, la discográfica o sus contadores deben poder entregar cuentas detalladas mostrando ingresos y egresos.

Ejemplo: Un contrato puede decir que el artista puede auditar los libros de la discográfica una vez al año. Si el artista contrata a un contador y descubre regalías no reportadas, la discográfica debe pagar la diferencia más intereses.


Reflexión final

Hay una razón por la que los contratos discográficos son revisados por horas por abogados antes de firmarse: tienen implicaciones a largo plazo muy importantes para artistas y discográficas.

La discográfica ofrece al artista dinero, experiencia y acceso, y a cambio toma cierto nivel de propiedad y control. Un contrato discográfico sólido puede ser la base de una sociedad exitosa, así que es fundamental que ambas partes tengan claro lo que están acordando.

Antes de que cualquiera firme algo, siempre deberían consultar asesoría legal independiente. Lo que pagas ahora puede ahorrarte mucho más en el futuro. La emoción de un contrato discográfico es enorme, pero saber qué hay en tu contrato puede marcar la diferencia entre una carrera larga y sostenible y años de frustración.