La industria musical está en un punto de inflexión.
Las grandes discográficas están consolidando su poder: adquiriendo catálogos y aprovechando historias de éxito independientes. Pero aquí está el giro: el verdadero poder pertenece a quienes se atreven a hacerlo a su manera. Por eso los sellos discográficos independientes, basados en la transparencia, la flexibilidad y una estrategia centrada en los artistas, no solo están sobreviviendo. Están preparados para liderar y desafiar el statu quo.
En 2025, las reglas del negocio de la música grabada se están reescribiendo, otra vez. No por las plataformas de streaming. No por las grandes discográficas. Sino por el impulso constante y coordinado de los sellos discográficos independientes y los artistas a los que empoderan. La pregunta no es si el poder está cambiando de manos.
Se trata de construir de forma diferente.
Ventaja sobre tamaño: repensando el poder de mercado
Antes, dominar el mercado dependía del tamaño: catálogos, personal, inversión. Ahora se trata de coordinación, claridad y control.
La infraestructura colectiva es la forma en que los independientes contrarrestan las diferencias presupuestarias. Merlin, por ejemplo, representa más del 15% del mercado global de música grabada digital en ingresos, y esto es una prueba contundente de cómo la unidad y la fortaleza en la concesión de licencias pueden cambiar las reglas del juego. No se trata solo de presencia. Es poder de negociación.