Las ubicaciones en playlists siguen jugando un papel importante en el descubrimiento de música en las DSPs.
Pero no todas las playlists marcan la diferencia. Una canción puede aparecer en docenas de playlists y aun así no lograr un crecimiento sostenido, mientras que otra solo aparece en unas pocas y poco a poco gana impulso. La diferencia rara vez tiene que ver solo con la visibilidad. Todo depende del contexto, la intención del oyente y de cómo evoluciona el desempeño después de haber sido añadida.
Esta es la misma tensión a la que se enfrentan muchos equipos cuando piensan más allá de los éxitos a corto plazo y buscan un descubrimiento sostenible. Como analizamos en Más allá de las playlists: construir un crecimiento duradero en el streaming musical, la exposición en playlists solo crea valor cuando se conecta con un comportamiento de escucha más profundo a lo largo del tiempo.
Para entender qué playlists realmente impulsan el rendimiento musical, tienes que dejar de ver las playlists como una estrategia y empezar a interpretarlas como señales dentro de un ecosistema de descubrimiento más amplio.
Las playlists no son un canal. Son un ecosistema.
Uno de los conceptos erróneos más persistentes en el marketing musical es la idea de que las playlists funcionan como un canal de distribución.
No es así.
En las DSPs, las playlists se usan para probar, dirigir y reintroducir música a diferentes audiencias según el contexto y el comportamiento. Las playlists editoriales, las algorítmicas y las de usuarios tienen roles distintos dentro de ese sistema, y ninguna garantiza crecimiento por sí sola.
La misma ubicación en una playlist puede significar cosas muy diferentes dependiendo de dónde se ubica en ese ecosistema y cuándo aparece en el ciclo de vida de una canción. Por eso, el pitch, el momento y el posicionamiento importan tanto como la ubicación misma, algo que explicamos con más detalle en Cómo escribir el pitch de DSP perfecto.